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sábado, 23 de mayo de 2020

Sick


Nos gusta la oscuridad
Aunque me veo mejor al amanecer
Yo salgo, tu duermes
Tu entras, yo duermo.

¿Estaré enferma?
¿Qué clase de delirios
Son estos que me dominan
Día y noche?

Termómetro, fiebre, efervescencia
La música aún duele en mis oídos
No hay antídoto
Ni sanación
Ni cambio de piel

¿Qué haré con estas llaves
Que me entrega la divinidad?
Algún día seré polvo
Y niebla, y nada
Algún día nos devolverán al hemisferio.

martes, 3 de abril de 2018

Este lugar no es de nadie

Voy evitando cruzarme con el recuerdo de tus ojos
Tus abrazos. Tu aroma y tu cabello bajo el sol
mientras rodábamos al pasar la esquina de la vida.

Transito a la otra orilla.
Olvidando nuestras miradas viajantes al encuentro de otros ojos
Energía que nunca se disipó
Permanece en este espacio, desde entonces, hasta hoy.

Sigo intentando borrar tus marcas de mi piel.
Los recuerdos que este jardín evocan
Es mi casa
Este lugar no es de nadie.

El fragante aroma del césped recién cortado
resulta insoportable.
Los semáforos cambiando al ritmo de aquellos días.

Este recuerdo no existe.
Es un espejismo, ilusión, insoportable.

¿Cómo borrar tus huellas de mi mente?
Este lugar no te pertenece.
Este lugar no es de nadie.

sábado, 30 de enero de 2016

Letras privadas, solitarias, crudas, líquidas...

Hoy temprano, mientras escribía en el café, recordé algo curioso y común en mi vida de estudiante: como odiaba que cualquier persona, sea el profesor, un compañero de clases o un asistente, se detuviera a mi costado a leer como iba llenando un examen. Sentía que hurgaban en mi piel, cual voyeur, el que vive frente a tu ventana, viendo a través de las rendijas de tu cortina mecida por el viento, no importa mucho lo que logre ver. La imaginación es poderosa y lo prohibido, estimulante.
Sentía que se metían en mi mente, pues el pensamiento precede en segundos a las letras recién escritas. 


Es muy distinto mostrar el resultado final. Tus pensamientos están editados, y están protegidos por el velo del tiempo, y del espacio. Lo más probable es que cuando revisen lo que escribiste tú no estés ahí. Me provocaba espantarlos a todos como a moscas en la comida. 

Sentada en una mesa solitaria, no puedo evitar que la gente pase a mi lado. Algunos miran curiosos, tal vez sorprendidos de ver lápiz y papel, tal vez quieren ver lo que escribo, tal vez me miran a mí. Preferiría que me miren a mí. Mi exterior, no más allá.  Me recuesto sobre el cuaderno cual Gollum sobre su anillo, cual fiera sobre su presa. Veo pasar cerca a mí a un grupo de amigas, probablemente recién universitarias, todas escribiendo en sus smartphones. Una de ellas mira mi mesa, y prosigue con su actividad. Me provocó criticarlas aquí, pero yo a veces soy ellas.

Extraño, yo escribiendo en un cuaderno de hojas de papel, inventado siglos atrás, sintiéndome estúpida e inútilmente superior. Demasiada cafeína hace delirar.


L.

martes, 1 de diciembre de 2015

Fragmentos de Otoño


Mi nombre es Otoño. Soy el viento que hace a las hojas caer.
Soy la vida que se va, y a la vida misma espera.
Soy la Hojarasca, la que danza entre los árboles, las flores marchitas y los pies de hombres que avanzan.
Anhelo que el amor perdure, pero llegó a su final.
Le temo al fin del amor. Si me resisto, sufriré.
Si no me resisto, también, mas no moriré; la esperanza de la nueva vida mantendrá vivo mi corazón.

Soy lluvia
                soy hojas que



                            caen,
                                      viento,
                                                      plantas creciendo
                                                                         y  muriendo,
                                                                                                    soy árbol
                                                                                                           que el viento despoja de sus hojas.

Soy música en oídos de los ciegos,
caricias sobre las aceras cubiertas de lluvia.

                                                                                                           Soy la muerte misma, la más bella.


jueves, 13 de agosto de 2015

En ceguera eterna...

En esta existencia, en la que se encuentran paradojas al doblar en cada esquina, en donde la realidad es la más cruel de las fantasías, y en donde la felicidad absoluta no tiene cabida, parece que la mejor manera de vivir es buscar ser auténtico; no se puede ser auténtico si no hemos, por lo menos, levantado la venda de nuestros ojos alguna vez y gritado al cielo, navegado en lo más profundo de nosotros y darnos cuenta de que todo es una farsa. Es preciso no tomarnos la vida en serio, ni a los demás, ni a nosotros mismos. 
El sarcasmo es lógico y necesario para vivir esta absurda vida, tranquilos. Los "optimistas" están cegados, estoy casi segura de eso, viven en un mundo que se acomoda a sus deseos y esperanzas, ya sea por ignorancia, o por conformismo, o por decisión. Me cuesta creer que sean personas auténticas. No hay cosa que me repugne más que fingir amor por quien no lo siento.

La fantasía es más cercana a la esencia verdadera que la realidad. Por eso me siento como en casa en ella. La fantasía está en el arte, en los sueños, por ahí rondando...

lunes, 10 de agosto de 2015

Tied

Me atas y me desatas,
solo con tus ojos,
me enseñas a volar, 
ser libre.

Pero soy prisionera de mi sangre
Mis venas atan los sueños cansados

Soy prisionera de mis sueños;
No quiero ver, pero veo,
No quiero encontrar, pero busco,
No quiero amar, amo.
Vivo, pensando en morir.

Muriendo.